Dominique Lapierre – En una noche sin luna | Siempre!

2022-12-21 16:47:25 By : Ms. Clara Lin

Dominique Lapierre (Francia, 30 de julio de 1931-2 de diciembre de 2022) y Larry Collins (EU, 14 de septiembre de 1929-Francia, 20 de junio de 2005) aplicaron el periodismo a la narrtiva histórica en una docen de libros superventas que dejan testimonio del siglo XX. Transcribo las primeras líneas de ¿Arde París?, que detalla la liberación de París, traducida por René Cárdenas Barrios para editorial Diana (1965).

“Nunca se retrasaba. Todas las tardes, cuando llegaba con su viejo máuser, su maltrecho estuche de cuero con sus binoculares y el recipiente con su cena, los habitantes de May-en-Multien sabían que eran las seis de la tarde. Mientras cruzaba la plaza embaldosada de la población, las primeras notas del Ángelus vespertino sonaban invariablemente desde el campanario románico de la pequeña iglesia del siglo XII, Notre-Dame-de-l’Assomption que dominaba los techos de pizarra gris en May-en-Multien, desde su posición en un acantilado sobre el río Ourcq, a 75 kilómetros al noreste de París.

”El alemán, un canoso feldwebel (sargento) de la Luftwaffe, siempre caminaba con lentitud hacia ese sonido pacífico. A la puerta de la iglesia, se quitaba la gorra de tela y entraba. Con paso lento subía por la estrecha escalera de caracol, hasta la cima del campanario. Allí había una mesa, un mechero de gas y una silla, requisadas a la iglesia. Colocados cuidadosamente sobre la mesa estaban un mapa del estado mayor, un cuaderno, un calendario y un teléfono de campo, de color gris verde. El campanario de Notre-Dame-de-l’Assomption era un puesto de observación de la Luftwaffe.

”Desde allí, con sus binoculares, el alemán podía obserevar toda la región. Su mirada abarcaba 17 kilómetros desde las torres Meaux, al sur, hasta los medievales muros de piedra del castillo de La Ferté-Milon, al norte, pasando un gracioso meandro del río Marne, las paredes de terracota de la población de Lizy-sur-Ourcq, y de regreso, finalmente, las riberas bordeadas de álamos del Ourcq, que descendían bajo sus ojos.

”En pocas horas, la noche caería sobre la pacífica escena que se extendía bajo los prismáticos del feldwebel. Entonces iniciaría otra vigilia nocturna, su quincuagésimaoctava desde la invasión, explorando el horizonte, atisbando las sombras que lo rodeaban. A la primera luz de la aurora, tomaría su teléfono de campo y daría su informe al cuartel general regional de la Luftwaffe, en Soissons. Desde la última luna llena, hacía 12 días, los informes del feldwebel habían sido iguales, sin excepción.“Nada qué reportar en mi sector.”

”El alemán sabía que los aliados siempre hacían sus lanzamientos en paracaídas, cuando había luna llena. El calendario que estaba sobre su mesa le mostraba que no habría luna llena durante 16 noche más, hasta el 18 de agosto.

”Tenía la seguridad de que nada sucedería esa noche en en este pequeño sector de la Francia ocupada confiado a su cuidado. Ese 2 de agosto de 1944, el feldwebel popdría dormir sin preocupaciones, sobre la desvencijada mesa requisada; pero el alemán estaba equivocado.

”Mientras dormía, dos hombres y una mujer se postaron en una disposición triangular, que marcaba una zona de descanso de la Resistencia, en un campo de húmedo trigo hacinado. Cada uno tenía en la mano una linterna sorda dentro de un bote de lata, sin fondo…”

Una novela con la tensión de la ruleta rusa es Nostalgia del rumano Mircea Cartarescu editada por Impedimenta.